30.7.10

Seguimiento

"Puedo asegurarte que mis tobillos están mojados.
Permanecer en un café con el tipo de día que acontece, es muy satisfactorio y placentero, te lo aseguro también.
Creo que me mojé lo suficiente como para decir que mi paraguas sufre de algunas lastimaduras.
Me gustan mucho estos días; querida lluvia: sos una amiga.
Estoy sentada en la mesa que está al lado de la ventana, con mis auriculares, mi café con leche, la lapicera en mi mano, y mi cuaderno, el que tuve que salir a buscar, en la peor parte de la tormenta; pero admito que no hay nada más fabuloso que escuchar las gotas de la lluvia caer con tanta fuerza sobre el paraguas.
Esto de escribir me gusta, y me hace bien.
Está bien, no creo tener el problema; no tengo el problema, pero bueno, tengo que asumir las cosas, aunque no sean mías.. ¡qué difícil suena!
Estoy teniendo una letra demasiado desprolija, creo que ese sí es mi problema, lo estoy asumiendo, y me propongo hacer una más prolija.
Y me da bronca que la palabra PROLIJA no me salga como su significado lo indica.
Ver como la gente organiza su vida es genial, imagino sus vidas y me lleno de preguntas y más preguntas.
Todos en esta vida nacimos para solucionar las cosas. Somos unos grandes solucionadores.
Todavía siento el gusto del café en mi boca; ya pasó tiempo desde que tomé el último sorbo, estoy en un colectivo. Sigo acompañada de mis auriculares, y se me complica la escritura gracias a los abruptos movimientos del vehículo en el que permanezco.
Me importa poco y mucho que la gente de mi alrededor vea lo que estoy escribiendo, aunque, admito, que me intimida lo suficiente como para no poder escribir con la misma soltura de antes.
Los vidrios laterales están bastante empañados, lo que me obliga a ver por el gran parabrisas, que por suerte, lo tengo bastante cerca. Si no el viaje se vuelve lo suficientemente monótono y aburrido, como para que deje de ser algo apetitoso.
Monótono y aburrido... las pongo en práctica de vez en cuando, cuando mi cabeza pide una pausa, una pausa monótona y aburrida.
Me agradan los colores de los días nublados y lluviosos, me siento parte de una gran película.
Hace poco sentí por primera vez el dolor de pecho más angustioso que nunca sentí en mi vida; no se lo deseo ni aconsejo a nadie.
El poder del habla, es algo... fabuloso. Se puede sentir el "me saqué un peso de encima", ¿qué peso se saca? ¿que entra y qué sale?
El tema que estoy escuchando da justo con el tipo de día que hay. Esto también me hace sentir bien.
Ayer hubo algo que me dejó pensando, una pregunta que me dijo la psicóloga "¿y tu vida Julia?,¿qué te gusta de tu vida?".
No supe qué contestar."

Buena idea la de comprarme un cuaderno.