Ser feliz
Búsqueda
interminable. El ser humano jamás se cansa y nunca lo hará; quiere tenerla a
toda costa. Uno pasa la mayoría de su vida creyendo que la va a encontrar algún
día, y que ese mismo, va a ser el que marque su existencia, un antes y un
después. “Cuesta encontrarla” “se esconde muy bien” dicen, pero nadie entiende
que la felicidad es la búsqueda.
La
felicidad es ese camino, repleto de momentos y sensaciones las cuales son mucho
más fuertes que la meta a la cual se quiere llegar. Muchas veces las personas
creen que se llega a la felicidad, se vive para alcanzarla, pero no ven que en
realidad hay que aprender a ser feliz mientras vivimos. Todo está al alcance
nuestro y no nos damos cuenta.
Desde
chiquitos nos hacen creer que hay que sacrificarse para poder ser feliz; que
serlo cuesta mucho, o que las cosas materiales te traen felicidad, ¿cómo
quieren que sepamos lo que es la felicidad si no nos dejan libres de
pensamientos?
En el
transcurso de tanta lucha, no supieron aprovechar los buenos momentos que la
vida les da, no se dan cuenta que la felicidad no es una meta, que ella está en
los pequeños momentos de esa búsqueda, en la que no hay ninguna llegada; pero
sin embargo llegan al final de esa larga lucha y se preguntan ¿y ahora?
Hay que saber
disfrutar de este largo camino llamado “vida” sabiendo que en ella se puede ser
feliz desde pequeños hasta mayores, que no hay que sacrificarse para
alcanzarla, porque la felicidad no se puede ver ni tocar, y por lo tanto algo
material jamás puede dártela. Por eso el ser humano no tiene que estar dormido
toda una vida para poder lograr llegar a la felicidad; tiene que mantenerse
despierto, buscarla dentro suyo, aprender a convivir con ella y disfrutar de
esa búsqueda.
Muchas cosas
en la búsqueda te dan la tan nombrada felicidad, como por ejemplo un beso, un
abrazo, un día soleado, el amor, sacar una foto, reírte, escuchar tu música
favorita, que llueva mucho en invierno y llorar de emoción.